jueves, 27 de septiembre de 2007

Profesor Emilio Vaisse Houlés

Emilio Vaisse Houlés
(Omer Emeth)
Sacerdote, Crítico Literario, Ensayista.

Crítico, ensayista y sacerdote francés que escribió bajo el seudónimo de Omer Emeth ("el que dice la verdad", en hebreo).

Omer Emeth puede ser considerado el primero de los críticos literarios que semana a semana dieron su veredicto a través de la prensa chilena. En efecto, antes de él esta práctica era poco habitual y si bien, al aparecer un libro la prensa publicaba comentarios, éstos eran más bien el fruto de amistades o enemistades del autor, sin mayor rigor profesional.

Omer Emeth nació bajo el nombre de Emilio Vaïsse, el 31 de diciembre de 1860 en un pequeño pueblo del Languedoc, en el sur de Francia. Estudió en los seminarios de Castres y de los Padres Lazaristas de París, donde se ordenó sacerdote en 1884; y fue precisamente su vocación sacerdotal la que lo trajo a Chile, al ser enviado como misionero a fines de 1886. Una vez en el país, permaneció tres años en San Pedro de Atacama, donde se dedicó a profundizar sus estudios en lenguas clásicas, comenzar la elaboración de un diccionario latino-hebraico y, en colaboración con Félix Hoyos y Aníbal Echeverría y Reyes, componer un glosario de la lengua atacameña o cunza.
Después de diversos viajes, Vaïsse llegó al Hospital de San Vicente de Paul, en Santiago, donde trabajó hasta 1912. Allí conoció a un estudiante de medicina, Carlos Fernández, quien lo impulsó a dictar una conferencia sobre la Biblia y la ciencia en el Ateneo de Santiago, la que fue publicada fragmentariamente por El Mercurio. El director de este periódico, entusiasmado con dichos fragmentos, convocó a Emilio Vaïsse para que se incorporara permanentemente a la redacción del diario. El resultado de esto fue el nacimiento de Omer Emeth, el 8 de diciembre de 1906, quien escribió artículos y crónicas de diferente índole, que pronto desembocaron en la disciplina por la que hoy es recordado: la crítica literaria. Su "Crónica bibliográfica semanal" fue la primera sección permanente que un diario dedicó a orientar al público lector, además de convertirse en un referente obligado y riguroso del acontecer literario nacional por más de 30 años. Mientras desarrolló esta actividad, publicó su única creación literaria Recuerdos del Norte i El derrotero del cenizal: cuento minero (1908). Una completa bibliografía de todos sus textos puede ser encontrada en Presencia de Omer Emeth en la literatura chilena y su magisterio crítico, de Marina Yutronic Cruz, con prólogo de Alone. Además, se encuentran reunidos muchos de sus artículos en Estudios críticos de literatura chilena.

Otro aspecto importante de Emilio Vaïsse fueron sus labores en la Biblioteca Nacional de Chile, institución a la que ingresó en 1912. Allí creó la Revista de bibliografía chilena y extranjera y proyectó la Bibliografía general de Chile, de la cual sólo alcanzó a publicar el primer tomo de un diccionario de autores y obras.

Interesado como estaba en la educación, enseñó latín en el Instituto Nacional e impartió numerosos cursos en la Universidad Católica, donde fue nombrado profesor honorario y miembro perpetuo de la Facultad de Filosofía y Humanidades, realizó clases de religión en el Liceo de Aplicación, al cual ingresó en 1910.

Emilio Vaïsse viajó a su tierra natal en 1930 y regresó a Chile cuatro años más tarde. Fue condecorado con la Orden al Mérito por el gobierno chileno, y con la de Caballero de la legión de Honor por el gobierno francés. Algunos de sus libros son: La vida literaria en Chile, ensayo, 1909, y Estudios críticos de literatura chilena, dos tomos, 1940 y 1961.
Murió en Santiago, el 27 de septiembre de 1935.

http://www.memoriachilena.cl/

jueves, 20 de septiembre de 2007

Aplicacionista Destacado

Alamiro de Ávila Martel
Abogado, Historiador, Bibliógrafo y Numismático
Profesor Emérito de la Universidad de Chile


Nació en Valdivia, Chile, el 2 de enero de 1918 y murió en Santiago de Chile el 15 de junio de 1990. Sus padres, Olga Martel Herrera y Alamiro Ávila Radrigán, contribuyeron indudablemente en la inclinación humanista de su hijo, ambos eran profesores de castellano.

Realizó sus estudios en el Liceo de Aplicación de Santiago, egresando en el año 1934, donde tuvo como profesores a Eugenio Pereira Salas y a Guillermo Izquierdo Araya, los que influyeron en el gusto de su discípulo por las disciplinas históricas.

En pasó en 1935 a la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Chile, graduándose con la tesis Esquema del Derecho penal indiano (Santiago de Chile, 1941). En 1943 fue contratado por la Universidad de Buenos Aires para establecer la colaboración académica entre los Seminarios y de regreso en la Universidad de Chile fue nombrado profesor suplente de historia del derecho en 1948, obtuvo en propiedad la cátedra el año siguiente, y más tarde fue director del Seminario de Historia y Filosofía del Derecho desde 1953, profesor ordinario de Derecho Romano desde 1955, director de la Biblioteca Central Universitaria desde 1972 y Profesor Emérito de la Universidad de Chile en 1988.

Fue uno de los principales historiadores del derecho americano, fundador y primer director de la Revista Chilena de Historia del Derecho en 1969, y tres años antes, junto a Alfonso García Gallo y Ricardo Zorraquín Becú, fue uno de los directores fundadores del Instituto Internacional de Historia del Derecho Indiano. Bajo su magisterio se formaron las actuales generaciones de historiadores del derecho en Chile, renovando además la enseñanza del derecho romano en el país.

Dentro de su amplia producción sus principales obras fueron: Curso de Historia del Derecho (Santiago, 1955), Derecho Romano. Organización judicial y procedimiento civil (Santiago, 1957), Derecho Romano. Nociones preliminares (Santiago, 1962), Reseña histórica de la Universidad de Chile (1622-1979) (Santiago, 1979), Andrés Bello: breve ensayo sobre su vida y su obra (Santiago, 1981), a las que deben sumarse más de ciento ochenta artículos publicados en revistas especializadas chilenas y extranjeras.

domingo, 16 de septiembre de 2007

Aplicacionista Destacado

Alfredo Duhalde Vásquez
Abogado, Senador, Vicepresidente de la República, Candidato Presidencial

Nació en Río Bueno, el 30 de Junio de 1898. Sus padres fueron Pedro Duhalde y Zoila Vasquez. Se casó con Yolanda Heufmann, con la cual tuvo 6 hijos: Yolanda, René, Sara, Carmen, Marta y Sonia.

Sus estudios los realizó en el Liceo de Aplicación egresando de sexto de humanidades el año 1916, y posteriormente ingresa a la Universidad de Chile, en la Escuela de Derecho.

Desempeñó cargos en diversas áreas: Teniente de Ejército (caballería), agricultor de Río Bueno y la Unión, además es considerado fundador del Banco Agrícola. Perteneciente al Partido Radical, fue elegido Diputado en el año 1924 por el distrito Llanquihue y Carelmapu. En el período (1933-1937) es elegido diputado por la Agrupación Departamental de Valdivia, Osorno y La Unión.

En el año 1940, es designado ministro de Defensa Nacional y en el año 1942 es ministro suplente de Relaciones exteriores en el gobierno del presidente Pedro Aguirre Cerda. En los años 1945-1953, es electo Senador de la república por la Circunscripción Provincial de Valdivia, Osorno, Llanquihue, Aysén, Chiloé y Magallanes. El 26 de septiembre de 1945, fue designado Ministro del Interior, conservando su asiento senatorial, ya que Chile había declarado la guerra a Japón, y entonces no regía la incompatibilidad entre ambos cargos.

Debido primero al viaje a Estados Unidos y, posteriormente, por la enfermedad y fallecimiento del presidente radical Juan Antonio Ríos, le correspondió ocupar el cargo de Vicepresidente de la República, entre el 26 de Septiembre 1945 al 3 de Diciembre del mismo año, y entre el 17 de Enero de 1946 al 3 de Agosto 1946, y del 13 de Agosto 1946 al 17 de Octubre de 1946. Renunció a la Vicepresidencia de la República para presentarse como candidato a la Presidencia de Chile, pero el triunfo fue para Gabriel González Videla, que también era del Partido Radical.

Durante su labor parlamentaria presentó diversas mociones que más tarde se convirtieron en ley como: modificación de límites de la Comuna de Valdivia, (Ley N° 6.013 de 1937); modificación relativa a funciones de jueces de subdelegación y de distrito, Juzgado de Letras de Menor Cuantía, Comuna San José de la Mariquina, (Ley N° 5.508, de 1934); Internación y Franquicias de elementos para el Cuerpo de Bomberos de Valdivia, (Ley N° 5.636); Contratación de empréstito para la Municipalidad de la Unión, (Ley N° 6.017 de 1935); establece normas para la compra y venta de crines animales, (Ley N° 7.534 de 1938).

A lo largo de su vida tuvo otros importantes cargos como: Director y Presidente del Banco Osorno- La Unión (1960-1966), Presidente de la Federación Atlética de Chile, Socio de la empresa Duhalde, Dibarrant y Compañía. También fue Presidente Honorario del Club deportivo Colo- Colo.

Falleció en la ciudad de Santiago, el 10 de Abril de 1985.

http://biografias.bcn.cl/pags/biografias/detalle_par.php?id=844

jueves, 13 de septiembre de 2007

Aplicacionista Destacado

Oscar Waiss Band
Abogado, Político, Periodista.
“el tercer Lord Callampa del periodismo chileno”

Hijo de una familia judía, nació en la ciudad de Concepción. Realizó sus estudios en el Liceo de Aplicación, egresando el año 1927.

Estuvo incorporado a la dirigencia estudiantil de la Facultad de Derecho en Concepción, militó primero en el Grupo Universitario Avance, donde se vinculó a la fracción trotskista del Partido Comunista de Chile que se dividió en esa época, por lo que militó en la Izquierda Comunista. Con posterioridad, en 1936 pasó con este grupo al Partido Socialista de Chile donde militó el resto de su vida.

No se puede entender a la generación de 1930 sin detenernos en el Grupo Universitario Avance. Ante la inexistencia de partidos políticos durante el gobierno de Ibáñez, en este grupo convergieron todos los estudiantes de izquierda de la época, pero pronto se formaron distintas corrientes producto de los debates que en ese momento enfrentaba al comunismo internacional, que dividía a stalinistas de trotkistas, en medio de la disputa ideológica de la Unión Soviética contra el formador del Ejército Rojo caído en desgracia. Además, hubo en su interior una tercera tendencia cercana al socialismo. Posteriormente cada uno de estas tendencias formó parte de los nuevos partidos de izquierda que se conformaron a partir de 1933.

A medida que avanzaba el tiempo y la oposición organizaba las primeras acciones antidictatoriales, Mástil fue copada por los estudiantes de derecho del Grupo Avance que, iniciados en la poesía, adquirieron una clara vocación ideológica y politizaron cada vez más su línea editorial. La cuarta entrega completó la evolución política y el avance de la corriente procomunista al interior de la Facultad de Derecho. Esta nueva época subtitulaba “Índice de ideología universitaria”, correspondía a junio de 1931, es decir, un mes antes de la caída de Ibáñez. Tenía un nuevo directorio presidido por Manuel Contreras Moroso y secundado por Oscar Waiss, Humberto Cantuarias y Mario Hermosilla, todos estudiantes de derecho y simpatizantes de esa tendencia.

Fue redactor del periódico El Clarín, famoso por defender el gobierno de la Unidad Popular y uno de los primeros en ser cerrado después del golpe; además en esta misma época dirigió el periódico de gobierno La Nación.

Autor de numerosos libros publicados en Chile, Argentina, España, Portugal y Yugoslavia, entre ellos "Nacionalismo y socialismo en América Latina", "Problemas del socialismo contemporáneo". "Amanecer en Belgrado", "Del colonialismo a la revolución", "Chile: ni siquiera una tumba" y algunos más, traducidos a diversas lenguas.

Durante el mandato presidencial de Salvador Allende ocupó el cargo de Director del Diario "La Nación", voz oficial de dicho gobierno y, cuando se produjo el golpe militar que lo derrocó, fue apresado y sufrió los rigores de la dictadura en el Estadio Nacional de Santiago, en los Servicios de Inteligencia Militar y en la Cárcel Pública.Partió al exilio en 1974, desempeñándose como profesor de Derechos Humanos en la Facultad de Derecho de la Universidad de Frankfurt am Main en la República Federal de Alemania. Actualmente vive en Madrid, donde ha prestado servicios como investigador del Instituto de Cooperación Iberoamericana.

El abogado Jorge Bravo Tesseo, escribe lo siguiente acerca de Oscar Waiss.

“En 1963, comencé a trabajar, como procurador, en el estudio del abogado Oscar Waiss. Un aviso publicado en “El Mercurio”, me dio esa oportunidad. Cuando me entrevistó me preguntó directamente si yo era “beato”. Le dije que no. Me preguntó, en seguida, si militaba o tenía simpatías por algún partido político. Le dije que si, que pertenecía al GUR, Grupo Universitario Radical. Agregué, poniéndome en guardia, que la mayoría de los estudiantes éramos radicales. Aceptó mis respuestas y me contrato. “Por lo menos no es beato”, comentó, a modo de rúbrica. Estoy convencido que cualquiera hubiese sido mi respuesta me habría contratado igual. De esta manera se inició una etapa, rica en experiencias

Oscar Waiss tenía en esa época algo más de 50 años. Era de origen judío. Su aspecto físico era peculiar, bajo de estatura, calvo, de tez rosada, gordo. Usaba lentes ópticos diminutos y vestía con elegancia. Tenía problemas a la cadera, por lo que cojeaba al caminar. Cuando cruzaba la Corte, de un extremo al otro, lo hacía a pasos cortos y rápidos, como Pedro Picapiedra o Pablo Mármol, solo que bamboleándose de norte a sur, en forma perpendicular a su desplazamiento, siempre con su portadocumentos en una mano y su sombrero tirolés, en la otra, con una actitud solemne y digna, que impedía que sus colegas se rieran a su paso.

Tenía un gran sentido del humor que le permitía reírse de si mismo. En una oportunidad nos pidió al junior y a mi que escucháramos el himno oficial del MIR, un antiguo himno revolucionario, cuya letra había adaptado al efecto. Sin más ni más, se puso a cantar, con la mayor seriedad. Su voz era tan increíblemente desafinada, que quedamos estupefactos primero, y luego estallamos en carcajadas. Lo curioso es que doña Elena Waiss, su hermana, era una concertista destacada y, además, Directora de la Escuela Moderna de Música.

Tratándose de sus ideas políticas, y sólo en este tema, Oscar Waiss era intransigente, las defendía contra viento y marea. En este campo era un polemista feroz. Desde muy joven se había integrado a la actividad política en su ciudad natal, Concepción, donde estudió Derecho. Integró el grupo “Avance!”, formado por intelectuales y estudiantes de izquierda, militó en la “Izquierda Comunista” e ingresó al “Partido Socialista”, a la época de su fundación, siempre vinculado a las corrientes trotskistas. Como consecuencias de sus actividades políticas en dos oportunidades, en 1931, en la Isla Mocha, durante la dictadura de Carlos Ibáñez del Campo, y en 1956, en Pisagua, durante el gobierno de Gabriel González Videla. En 1973, a la caída de Allende, fue detenido en el Estadio Nacional, donde permaneció prisionero de la dictadura durante varios meses, siendo luego exiliado, en Alemania del Este.

Oscar Waiss se consideraba a sí mismo como el único teórico del socialismo chileno. Había dedicado su vida a publicar estudios, folletos, revistas, libros, sobre la coyuntura política o para polemizar con sus adversarios políticos, generalmente los dirigentes de turno del socialismo chileno. Sus polémicas con Raúl Ampuero, por ejemplo, trascendieron el ámbito del socialismo y de la izquierda. Escribió “Socialismo sin Gerentes”, para impugnar su expulsión del Partido Socialista; “El Espejismo del 64”, para explicar porque era imposible que Allende llagara a la Presidencia de la República por la vía electoral. Antes había publicado “Nacionalismo y Socialismo en América Latina” y “Los Problemas del Socialismo Contemporáneo”.

Waiss fue, por otra parte, un destacado periodista. En la época que lo conocí era columnista , primero, y luego encargado de la página editorial de “Clarín”. A la caída de Allende, se desempeñaba como Director de La Nación.

En la época que comencé a trabajar en la oficina, Oscar Waiss era el abogado de “Clarín”, y, en consecuencia, le correspondía defender al tabloide y al director responsable de turno, de las querellas por injurias y calumnias que interponían en su contra los dirigentes de los partidos políticos de derecha, en respuesta a sus publicaciones. El propietario del diario era Dario Sainte-Marie, un personaje muy controvertido en su tiempo, a quién Waiss había conocido en el breve periodo en que una fracción del Partido Socialista apoyó la candidatura de Ibañez y que formó parte de su segundo gobierno. El Director de “Clarín” era el periodista Alberto Gamboa, el “Gato”, como lo apodaba el medio y sus amigos. Tengo la mejor opinión del “Gato”, se que su desempeño en la dirección del diario ha sido controvertida históricamente. `pero sucede que en oportunidades, los hombres deben desempeñar determinados roles, les guste o no.

Cada vez que el Director responsable era sometido a proceso en alguna causa, era necesario reemplazarlo. De este modo, en más de alguna oportunidad, hasta el portero del diario fue ascendido a la dirección.El tiraje de “Clarin”, de lunes a viernes, superaba al de “El Mercurio” o “La Tercera”. El gancho con el público eran sus titulares. Alberto Gamboa, además de Director, era el encargado de la diagramación de la primera página. Su ingenio y simpatía, que era un factor decisivo a la hora de las ventas, lo manifestaba, además, en otra sección del periódico. Entonces, Alberto Gamboa se transformaba en el “Profesor Jean d’ Fremisse”, el más popular y audaz de los consejeros sentimentales de su tiempo, precursor y maestro del “Rumpy”, el “Chacotero Sentimental”.

Oscar Waiss, además de abogado, era columnista de “Clarín”. Escribía con el seudónimo de “Lord Callampa”. Tiempo después, se hizo cargo de la página editorial. Contra lo que pudiera creerse, o no obstante lo que la mayoría pueda recordar, yo que conocí de cerca al diario en esa época puedo afirmar que tenía muy buenos columnistas. Recuerdo, entre otros, a Ricardo Boizard, “Picotón”, a Raúl Morales Alvarez, Premio Nacional de Periodismo; a Gabriel Sanhueza, autor de una notable biografía de Santiago Arcos (“Santiago Arcos: comunista, millonario y calavera”). Eugenio Lira Massi me contó la forma como ingresó a “Clarín”. Trabaja en una fiscalía militar, en la calle Zenteno, al lado del diario. Solía visitar el periódico porque aquí tenía un amigo. Un día falto alguien a quién había que reemplazar, parece que en Deportes, y Eugenio Lira se quedó trabajando en el diario. Es autor e un libro humorístico que retrató, en gruesas e incisivas pinceladas, los senadores de la época.

Alberto Fuguet dedicó su novela “Tinta Roja” a Alberto Gamboa. El narrador, estudiante de periodismo, si hubiese hecho su en práctica en “Clarín”, no habría extrañado el clima o la atmósfera informal que se respiraba en este diario. Los personajes de la novela bien pudieron ser periodistas de “Clarín”, en una época que esta actividad no se aprendía en las Universidades, sino en la práctica diaria.

Un capítulo menos conocido en la vida de Oscar Waiss fue su paso fugaz por el Mir, en el que lo acompañó nada menos que el mítico sindicalista Clotario Blest. En efecto, el año 1965, junto a algunos de sus antiguos camaradas descontentos con la conducción del Partido Socialista, entre los que recuerdo el doctor Enrique Sepúlveda, Gabriel Smirnow, el historiador Luis Vitale y otros, junto con jóvenes universitarios de Concepción, cuyos líderes eran Luciano Cruz, Miguel Enríquez, Bautista von Schowen y Andres Pascal, constituyeron el Movimiento de Izquierda Revolucionario. Durante algún tiempo, estuvo a cargo de un boletín, cuyo formato recuerdo con claridad. Un día tomó un libro que estaba leyendo “¿Para qué sirve la literatura?”, que era la transcripción de un debato entre escritos franceses, editado por Jean-Paul Sartre. Me dijo “esto me parece interesante” y me pidió que se lo prestara. Al poco tiempo me exhibió el primer boletín del Mir. La tapa tenía la misma diagramación del libro, solo cambiaban los colores y, por supuesto, el tenor del texto. No tengo claro cuanto duró su militancia pero me parece que fue efímera. Lo concreto es que durante la campaña de 1970. el diario “Clarín” y su propietario, Darío Sainte-Marie, apoyaron por igual a Salvador Allende y a Radomiro Tomic.

Es posible que el Presidente Allende, al designar a Oscar Waiss como Director de “La Nación”, haya querido agradecer ese apoyo.”

Artículo extraído de: http://lineadeflotacion.blogspot.com/2006_11_01_archive.html

Ref.: http://www2.anales.uchile.cl/CDA/an_sub_simple/0,1280,SCID%253D19170%2526ISID%253D665%2526GRF%253D19041%2526ACT%253D1%2526PRT%253D19163,00.html

lunes, 10 de septiembre de 2007

Profesor Guillermo Paulino Izquierdo

Guillermo Paulino Izquierdo Araya
Abogado, Profesor y Parlamentario

Nació en Santiago, el 16 de abril de 1902; hijo de Abel Izquierdo Fredes y Elvira Araya Izquierdo. Se casó con Rebeca Marfil Cánepa en el año 1925; y en segundo matrimonio, con Bettina Bergmann B., el 26 de abril de 1956 y tuvieron cuatro hijos.

Estudió en el Instituto Nacional, y en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile, titulándose en 1931, de profesor de Historia, Geografía, Educación Cívica y Economía. Posteriormente, estudió Derecho en la Universidad de Chile, jurando como abogado el 25 de marzo de 1931. Además, cursó estudios en la Academia de Guerra Aérea de Chile, obteniendo el título de profesor militar en 1938. Su actividad docente la comenzó como estudiante, siendo uno de los fundadores de la Asociación Pro Cursos Nocturnos para obreros del Instituto Nacional, entre 1918 y 1919.

Fue profesor durante 50 años; hizo clases en el Liceo de Aplicación de Historia y Educación Cívica, 1928-1951-1953-1970; Patrocinio San José, Escuela de Artes y Oficios, 1930-1933; Instituto de Historia de la Universidad Católica de Chile hasta 1972; Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de La Plata en Argentina, 1948; Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, 1948. También fue catedrático de la Academia de Guerra del Ejército, 1935-1939; Academia de Guerra Aérea, 1937-1939.

Se desempeñó como abogado jefe de la Oficina Jurídica de la Asociación de Propietarios de Hoteles y Similares de Chile, 1935-1940; también fue asesor jurídico de la Cámara Chileno-Argentina y secretario-abogado de la Confederación del Comercio e Industrias Minoristas de Chile, 1933-1934. Fue funcionario del ministerio de Hacienda, en la Comisión de Puertos, entre los años 1920-1928. Abogado del Consejo de Defensa del Estado, asumiendo ante los Tribunales la defensa de algunos personajes públicos.

En el diario "La Nación" trabajó como editorialista y comentarista político con el seudónimo de Plutarco, 1932-1934; fue corresponsal de "El Diario Ilustrado" de Santiago en Argentina, 1947-1949; se desempeñó como columnista de "El Mercurio" y "El Diario Ilustrado" de Santiago, "La Unión" de Valparaíso, "El Sur" de Concepción, "El Correo" de Valdivia, y "El Diario Austral" de Temuco. Integró las filas del partido Demócrata, 1919-1922; en la Nueva Acción Pública, 1931; además fue fundador y dirigente del Movimiento Nacionalista, 1940, siendo su dirigente máximo hasta 1943. Miembro de la Unión Nacionalista, 1943-1945; fundó y dirigió el grupo Los Cóndores, de tendencia nazista, en 1945. Fue militante del partido Agrario Laborista, PAL, 1949-1960, siendo su presidente entre los años 1954-1955.

Por el llamado Complot de Colliguay fue relegado en Iquique, desde enero a noviembre de 1952.
En el año 1953 fue elegido senador de la República, por la Primera Agrupación Provincial "Antofagasta y Tarapacá", periodo 1953 y 1961; integró la Comisión Permanente de Constitución, Legislación y Justicia, y más adelante "y Reglamento", y la de Minería. Miembro de la Comisión Especial de Reglamento, 1953. Integró la Comisión Mixta Especial encargada de estudiar un procedimiento para impedir la incorporación de materias ajenas a los proyectos de la ley, 2a. Legislatura Extraordinaria, 1958.

Entre las mociones presentadas que se transformaron en ley de la República, destaca la idea presentada junto con otros parlamentarios, de emitir estampillas para celebrar el cincuentenario de la fundación de la Sociedad Chilena de Historia y Geografía; Ley N°12.930 de 26 de agosto de 1958.

Fue miembro del Instituto de Historia Internacional Política y Constitucional de la Universidad de París. Colaborador oficial del Anuario del Instituto Internacional de Derecho Público de la Sorbonne. Miembro de la Academia de la Historia correspondiente de la Academia Americana de la Historia; de la Asociación de Historia Argentina y de la Asociación Argentina de Investigaciones históricas. Asociado académico del Instituto de Derecho Comparado Latino y Americano; de la Escuela de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Miembro honorario del Instituto Nacional Sanmartiniano e integrante de la Sociedad Chilena de Historia y Geografía.

Presidente de la Acción Chileno-Argentina; consejero numerario del Instituto de Investigaciones del Patrimonio Territorial de Chile, en la Universidad de Santiago. Perteneció al Centro de Estudios de la Revolución Francesa de la Universidad de París. Socio del Instituto Arturo Prat de Santiago; socio director del Círculo Portaliano de Santiago; afiliado del Consejo de Monumentos Nacionales; socio fundador del Instituto O’Higginiano de Santiago; miembro de número del Instituto de Conmemoración Histórica de Santiago; integrante del Patronato del Instituto Chileno de Cultura Hispánica de Santiago; miembro del Colegio de Abogados y de la Asociación Nacional de Profesores. Además de todo, se dedicó a escribir, especializándose en temas de Derecho Público, además de otros temas aparte de Derecho.

Falleció el 19 de agosto de 1988.

viernes, 7 de septiembre de 2007

Aplicacionista Destacado

Jaime Bendersky Smuclir
Pintor y Arquitecto.

Nació el 14 de Mayo de 1922 en General Pico, Argentina. Llegó a Chile junto a su familia en 1933. Egresó del Liceo de Aplicación de sus estudios de humanidades en 1940. Se recibió de Arquitecto en la Universidad de Chile en 1950. Obtuvo la nacionalidad chilena en 1958.

Mientras era estudiante conoció al profesor Camilo Mori quien guió sus primeros pasos en la pintura en los ramos de fundamentos básicos de color, perspectiva, composición, luz y sombra.
Fue profesor de las cátedras de Construcción, Expresión Gráfica, Taller de Composición Arquitectónica, y Diseño Arquitectónico de la Universidad de Chile.

Entre sus muchos logros, se cuenta su activa labor en la difusión del arte, a través de diversas iniciativas y su desempeño como miembro vitalicio de la Orden de Arquitectos, profesor la Universidad de Chile y Director del Instituto Chileno Israelí de Cultura.

Bendersky desarrolló en Chile una exitosa trayectoria como arquitecto. Su trabajo destacó por la creación de un estilo arquitectónico propio, moderno y de gran vigencia en el tiempo. Inició a una nueva etapa en la organización de los espacios públicos en Chile al insistir en la importancia de integrarlos con el arte.

Enfrentó proyectos de distinta magnitud y complejidad que se convirtieron en hitos urbanos en Santiago, entre ellos el Mall Parque Arauco, el centro comercial Los Cobres de Vitacura y el edificio Torre París, uno de sus últimos proyectos.

En todas sus obras demostró su predilección por los juegos de contraste entre luz y sombra, la simplificación de volúmenes, la yuxtaposición de materiales diversos y una obsesión por los detalles. En 1994, se encargó del diseño de la embajada de Chile en Washington.

Comenzó a pintar a fines de los años sesenta. Expuso por primera vez en el Instituto Chileno-Norteamericano de Cultura en 1971. Sus óleos de puertas, murallas y calles, arquitecturas ya habitadas que evidencian el paso del tiempo, mostraron una cercanía a la obra de su colega Ernesto Barreda. Más tarde fue reconocido como un cultor del hiperrealismo, aunque su interpretación personal se impuso siempre al interés fotográfico. Pintó siempre con espátula y su obra fue evolucionando en una línea realista de descripción geométrica. Las formas cilíndricas fueron el motivo de su famosa serie de barriles de aceite. De igual forma trató temas de objetos cotidianos, automóviles, botes, frutas, calles antiguas y paisajes chilenos, a los que idealizó y dignificó por medio de una pintura de técnica detallista y audaz colorido.

Falleció en Santiago de Chile el 27 de Agosto de 1997.

PREMIOS Y DISTINCIONES

1974-Selección en el Concurso El Sol, Santiago.

1975-Selección en el Concurso Colocadora Nacional de Valores, Santiago

1976-Selección en el Primer Salón Sur, Santiago.

1978-Premio de Honor en Pintura, Salón Estadio Israelita, Santiago.

1979-Selección en el Certamen Nacional Lircay, Santiago.

martes, 4 de septiembre de 2007

Aplicacionista Destacado

Eduardo Fuenzalida Loyola
Médico Veterinario, Profesor e Investigador


Nació el 18 de octubre de 1911 en la hacienda Los Hualles ubicada en un sector cordillerano de Curicó. Sus estudios primarios y parte de los secundarios los realizó en Curicó, continuando en Santiago en el Liceo Barros Arana y Liceo de Aplicación. En el año 1931 ingresó a la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Chile. Egresó en 1935 titulándose como Médico Veterinario.

Inmediatamente fue contratado en el Instituto Bacteriólogico de Chile donde permaneció hasta el año 1966. Fue profesor de la cátedra Enfermedades Infecciosas de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Chile y profesor en la Escuela de Infantería de San Bernardo. En 1935 se desempeñó como Oficial Veterinario en el Ejército de Chile.

Durante varios años ejerció el cargo de Director del Departamento de Microbiología Veterinaria en el Instituto Bacteriológico de Chile.

Sin embargo, su máxima dedicación era investigar la inmunoprofiláxis de la rabia, estudios que lo llevaron a presentar en 1954, en la 3a Jornada de la Sociedad Chilena de Salubridad del Instituto Bacteriológico de Chile, junto al médico cirujano Raúl Palacios R., un método nuevo de elaboración de la vacuna antirrábica.

Vacuna que superaba sin discusión a la vacuna original de Pasteur y a las existentes en el mundo en ese momento, debido principalmente a que no producía accidentes postvacunales de tipo neuroparalítico y también a su alta potencia inmunológica. Todo un logro para la actividad científica de Chile.

En consideración al éxito de la nueva vacuna y a su gran experiencia, la Oficina Panamericana de la Salud lo incorporó, en 1966, como Investigador y Consultor de la Rabia en el Centro Panamericano de Zoonosis con sede en Buenos Aires, Argentina. En el año 1973 regresó a Chile.

Don Eduardo falleció el 19 de julio de 1976 a los 64 años de edad a causa de una afección renal.
La vacuna de cerebro de ratón lactante denominada "Vacuna Fuenzalida - Palacios" es bien conocida. En 1954 Eduardo Fuenzalida L. junto a Raúl Palacios R. dieron a conocer esta nueva vacuna antirrábica la que inicialmente fue aplicada solamente en perros. En 1958 fue probada en el hombre, específicamente en 64 voluntarios del Politécnico de San Bernardo, demostrando que los vacunados producían, a los 21 días de la experiencia, suficientes anticuerpos para obtener una buena protección contra el virus rábico; así se confirmó que la nueva vacuna de cerebro de ratón lactante era 50 a 100 veces más eficiente que la vacuna tradicional. En 1960 el Servicio Nacional de Salud de Chile autorizó su aplicación en seres humanos. En 1963 se permitió su uso en Uruguay, en 1964 en Argentina y Perú; Brasil y Venezuela lo hicieron en 1965, Cuba y México en 1967, Ecuador y Guatemala en 1969.

Eduardo Fuenzalida recibió el reconocimiento a su obra en vida, así México y Brasil le otorgan las máximas distinciones por "Servicios al país" y en Colombia la Condecoración al Mérito Asistencial del Ministerio de Salubridad. El Instituto Pasteur de París le honra con su Medalla de Honor por su importante aporte a la ciencia y a la salud de los pueblos.

En su vida diaria Don Eduardo fue un hombre de avanzada, muy completo, culto, un humanista que desarrollaba su habilidad plástica en la acuarela y el grabado en tinta o en carboncillo. En la actividad gremial fue Presidente del Colegio Médico Veterinario de Chile y Vice-Presidente de la Sociedad de Medicina Veterinaria de Chile.

Como estudiante de veterinaria era considerado por sus condiscípulos como un compañero simpático y alegre, que cuando estaba de humor estudiaba sus preparaciones de anatomía poniendo para su memorización música de cueca, con el consiguiente jolgorio de los concurrentes al pabellón de Anatomía. Los estudiantes de los años 30 lo llamaban "Sandino" por su carácter siempre dispuesto a liderar los pequeños conflictos que se suscitaban entre alumnos y profesores ayudantes. Eulalio Fernández N. en su libro "Medio Siglo de Medicina Veterinaria", capítulo XXVI titulado "Un émulo de Pasteur" dice: "Para gloria de nuestro ya ilustre colega, podemos afirmar que consecuente con sus ímpetus juveniles, nuestro Sandino de la época estudiantil promovió la más noble de las revoluciones, lograda en el campo de la Ciencia, siguiendo la luminosa estela que dejara el gran Pasteur y su humanitario legado, revivido por este modesto hijo de Chile, con su laboriosidad, sabiduría y generosidad". Eduardo Fuenzalida fue un hombre serio, de mediana estatura y complexión maciza, que conservaba su origen rural de la provincia de Curicó. Su manera de hablar era directa, franca y parca, como la de todo hombre de campo. Era sencillo en el vestir y frugal en su alimentación.

Le agradaba pasar las vacaciones en su parcela de Curicó sintiendo el trinar de los pájaros y el crecer de los árboles nativos. Cuando vivió en Buenos Aires junto al Parque Palermo, el pulmón verde de la capital argentina, no faltaron en sus balcones los almácigos de ají, orégano, perejil y ajo que en buenas cuentas mitigaban la nostalgia por su parcela curicana.

Su discípulo chileno Fernando Fábrega T., dice: "Aquellos que tuvimos el privilegio de conocerlo, de recibir sus enseñanzas, de palpar su gran hombría; aquellos que con su talento inoculado en nuestras carnes y en nuestro espíritu, recordamos materialmente su figura en presencia del sobrio monolito, ubicado en un jardín del Instituto de Salud Pública (ex Instituto Bacteriológico) denominado en su honor Dr. Eduardo Fuenzalida Loyola, el que fue inaugurado en 1976, como un homenaje al hombre y a su obra, y estímulo perenne a las generaciones del futuro".

Conocí a don Eduardo desde mi época universitaria. Desde 1957 estudiaba con su hijo Luis Eduardo en su casa ubicada muy cerca del Estadio Nacional. Recuerdo que criticaba a la enseñanza universitaria y en especial a la dictada en la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Chile. Propició abiertamente el cambio de autoridades, lo que efectivamente ocurrió dando paso a grandes modificaciones académicas que alcanzaron su máxima expresión bajo la dirección del Dr. Ramón Rodríguez T., otro virólogo de trayectoria internacional.

Alguna vez estuve con don Eduardo en su parcela de Los Hualles, recolectando manzanas y conversando hasta altas horas de la noche. Recuerdo que viajábamos desde Santiago en su viejo auto, un cacharro cuadrado de color oscuro, con manivela y bigotes, lento pero seguro.
Cuando en 1964 ingresé a trabajar al Instituto Bacteriológico en la Sección Fiebre Aftosa, él era Director del Departamento de Microbiología Veterinaria. No olvido que sus colegas lo molestaban porque siempre usaba un delantal no muy limpio. El respondía a las pullas argumentando que un delantal sucio era señal que quien lo usaba indesmentiblemente había trabajado. Más de algo le debo a Don Eduardo además de sus consejos y críticas. Gracias a su apoyo fui contratado en abril de 1967 en la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Chile para crear el laboratorio de Virología, donde trabajé hasta 1995.

A 25 años de su muerte y en nombre de sus discípulos y amigos, entrego esta breve semblanza del viejo Fuenzalida como lo llamaban sus colegas, del estudiante apodado Sandino, del Dr. Fuenzalida médico veterinario paradigmático, émulo chileno de Pasteur, con el fin de agradecer el haberlo conocido y con el íntimo deseo que su recuerdo perdure por siempre, como un ejemplo y estímulo para las nuevas generaciones de médicos veterinarios.